Prepara el almíbar: Pon en un cacito (que sea un cacito alto o una cacerolita, porque la mezcla sube) el agua, el azúcar, el aceite y el bicarbonato. Remueve suavemente y cuando espume el bicarbonato remueve bien para disolver la espuma. Calienta la mezcla hasta que rompa a hervir y deja que se cocine unos 20-30 sg. y retira del fuego. No te despistes porque puede empezar a subir y desbordarse. Deja que repose hasta que esté a temperatura ambiente.
Precalienta el horno a 175º y prepara tus moldes (enmatecados y cubiertos de papel de horno).
Pesa mezcla y tamiza juntos: la harina, la levadura, el bicarbonato restante y la sal. Reserva.
En el bol de la batidora comienza a batir juntas la mantequilla, que debe estar bien blandita y la mantequilla de cacahuete. Bate hasta que la mezcla esté lisa, esponjosa y ambas mantequillas se hayan integrado por completo (aprox. 5-10 minutos). La mezcla debe haberse aclarado ligeramente y estar muy cremosa.
Baja la velocidad de tu batidora al mínimo y comienza a añadir el almíbar, despacito, en forma de hilo que cae sobre la pared del vaso. Si quieres puedes hacerlo en varias adiciones, dejando que la mezcla recupere su aspecto antes de continuar.
*Importante: debe estar fresco, si está caliente derretirá la mantequilla.
Añade 1 a 1 los huevos, haciendo lo mismo, dejando que se integre por completo, antes de añadir el siguiente.
Añade la vainilla. Aumenta la velocidad y mezcla a aproximadamente 1 minutos más, hasta que la masa se vea esponjosa y mullida.
Por último, batiendo a mano, incorpora los ingredientes secos en 2 o 3 veces, mezclando suavemente con una varilla.
Rellena los moldes y hornea a 175º 25 minutos. Pincha el bizcocho con un palillo para comprobar que está hecho, debe salir prácticamente seco.